La inyección de Botox en la cara se utiliza para “rellenar” o suavizar las arrugas estáticas, es decir, las arrugas que son visibles incluso cuando la cara está en reposo sin gestos. También se utiliza para restaurar el volumen en los lugares donde se ha perdido por el proceso de envejecimiento, como las mejillas, el mentón y la mandíbula, y para reducir las ojeras y aumentar el volumen de los labios.
¿Con qué frecuencia puedo aplicar Botox en mi cara?
Si la dosis es demasiado alta o las inyecciones son demasiado frecuentes, el riesgo de formación de anticuerpos puede aumentar. La formación de anticuerpos puede hacer que el tratamiento con toxina botulínica tipo A fracase, independientemente de la indicación para la que se vaya a utilizar.
Por esta razón, lo ideal es que las solicitudes se presenten al menos 10 semanas después de cada dosis de tratamiento.
La importancia del botox en la cara es que fue desarrollado para refrescar la piel del rostro. También elimina las arrugas de la frente, el famoso número once (11) del entrecejo, y elimina las famosas patas de gallo, creando un aspecto fresco y relajado.
¿Se puede combinar el Botox con otros tratamientos?
Los expertos han combinado la aplicación de Botox en la cara con el ácido hialurónico. El resultado ha sido muy satisfactorio, ya que en los casos en que el Botox se inyectaba solo, el efecto duraba 12 semanas, en los casos en que el ácido hialurónico se inyectaba solo, las arrugas glabelares reaparecían después de 18 semanas.
En los casos en que se combinaron ambas técnicas, el Botox y el ácido hialurónico, el efecto positivo se prolongó 32 semanas. Después de un tratamiento de relleno con ácido hialurónico, puede aparecer temporalmente un ligero enrojecimiento, hinchazón o un pequeño hematoma en la zona inyectada, que se puede camuflar perfectamente con el maquillaje.
En general, el efecto inicial suele producirse siete días después de la inyección. El efecto de cada tratamiento dura unos 3 ó 4 meses, pero la duración puede ser significativamente más larga o más corta. El intervalo entre las sesiones de tratamiento debe ser de al menos 10 semanas.